Una respuesta simple y rápida sería porque siento un especial aprecio y admiración por las personas mayores.
Cuando hablamos de ancianos, nos referimos al colectivo que forma parte del llamado por eufemismo »tercera edad» o viejo. Aunque la edad de inicio no está muy clara generalmente decimos que la vejez comienza a partir de los 65 años.
El principal objetivo de la gente mayor ha de ser: MANTENER la salud, la movilidad y la independencia, es decir, ALEJAR al máximo la enfermedad, la discapacidad y la dependencia. Para conseguir este objetivo o más bien este reto, se necesita la participación del propio individuo, de la familia y de la comunidad.
Sé que la alimentación no es el único problema que deben enfrentar las personas mayores, digo enfrentar porque considero que hay poco interés en restauración colectiva y en la sociedad en general para adaptar y facilitar la vida de los ancianos.
Las personas mayores me gustan, no sólo me gustan sino que me inspiran, me enseñan, me educan y entramos en un estado de simbiosis que no tengo claro quién recibe más. Si tuviera que elegir, diría que yo salgo ganando.
Si busco el comienzo de este hecho creo que se remonta a un verano de 2013 cuando cuidar de una señora que se llamaba Pilar, la recuerdo muy a menudo.
Mi último argumento a la pregunta seria porque soy una fiel defensora de que uno debe dedicarse lo que le gusta y le inspira, sin importar los obstáculos que pueda encontrar.
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